
Me considero suficientemente talentoso e inteligente para publicar caricaturas dos veces al mes, ganar 2000 pesos por mis caricaturas al mes y para usar mi blog como la fuente más prolífica para la difusión de mi trabajo. Ese es mi profesionalismo. Esa es la realidad que mis amiguitas Cecilia y Sofía con sus muy buenas intenciones no pueden derrocar.
Por muy pobre que sea mi capacidad, por muy pequeño que sea mi cerebro, por más mediocres que sean mis creaciones, por más estúpido que sea mi humor, estoy seguro que mi esfuerzo no vale dos mil pesos y un blog.
Pero yo he visto a innumerables quijotes de petatiux que se creen caballeros andantes cuando sólo son, no sé, ¿dibujantes?
Así es mi náusea.